Parece que fué ayer, cuando estabamos en los 101 km de Ronda y a una inocente Virginia se le ocurrió proponer; “¿nos apuntamos el año que viene?...y aquí estamos, año 2013, 5 miembros del ADR hemos participado y finalizado en la “muy, más, mejor, y espectacular prueba de nuestra vida”.
Los 101 km de Ronda marcan un antes y un después. Volvemos cargados de gratitud a la organización de la legión y a las gentes de la serranía por sus ánimos y apoyo durante el recorrido, de alegría por participar y de orgullo por acabarla, de admiración a todos aquellos que la sufren km a km, de deseo de volver y de compartirla con amigos. Esta prueba despierta el coraje para darlo todo, la lealtad con los compañeros de fatigas, el miedo y la duda de si llegaremos o no al final, sobre todo en los últimos km cuando la fatiga y el cansancio hacen su aparición, pero la fe en nosotros mismos y un punto de locura borran el temor y nos dan la esperanza y el optimismo necesario para continuar hasta el final. Un final apoteósico por las calles de esa maravillosa ciudad que es Ronda, donde se destapa el tarro de los sentimientos y entre lágrimas y una sonrisa inexplicable entras en la Alameda del Tajo para colgarte el ansiado ladrillo.
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